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Semillas Fitó ha sabido crecer y afrontar el reto de la internacionalización, manteniendo su fuerte compromiso por ser una empresa independiente y de propiedad familiar. La clave de este crecimiento ha sido su apuesta por la I+D+i, que recibe una inversión del 20% de la facturación anual, siendo la empresa del sector agrícola que más invierte en investigación.

La empresa, que es un claro referente en los mercados del Mediterráneo y de Suramérica, en 2014 inauguró su filial en la India con el objetivo de introducirse en el mercado del sudeste asiático.

Hablamos con Enrique Roca, Director de Ventas y Marketing del Sudeste Asiático, para conocer los detalles de este mercado y su valor estratégico.

¿Cómo es la agricultura en el Sudeste Asiático?

La agricultura en el Sudeste Asiático está aún en desarrollo. Los agricultores son dueños de parcelas muy pequeñas donde trabajan ellos mismos. En Myanmar, por ejemplo, el 70% de la población subsiste de la agricultura, que está poco desarrollada y hay poca inversión en insumos. No tienen apenas conocimientos sobre las principales tecnologías de la agricultura moderna. Pero hay razones para pensar que se está produciendo un cambio. Iniciativas como la de Fresh Studio en Vietnam y la de Fresh Line in Myanmar son pruebas del inicio de modernización de la agricultura en estos países. Ambas compañías tienen el objetivo de mejorar y asegurar la producción de alimentos.

¿Por qué es importante para Semillas Fitó el mercado del Sudeste Asiático?

La división de Hortícolas se ha marcado el objetivo de alcanzar los 75 M€ de facturación en 2022-23. Para la consecución de este ambicioso objetivo es necesaria la aportación de la región del Sudeste Asiático. SEA (Sudeste Asiático) es uno de los pilares de crecimiento o “Growth Levers” de la división junto a Foodture, “Processing” o “Bulk Sales”. Casi el 7% de las ventas de la unidad de negocio de Hortícolas provendrán de esa parte del mundo en 2023.

¿Qué países tienen mayor potencial para Semillas Fitó? ¿Por qué?

India, Vietnam, Tailandia, Taiwán, Malasia y Myanmar. En primer lugar, India, no sólo por el enorme volumen de su mercado (más de 13,5 M de hectáreas) sino por su crecimiento, especialmente de la agricultura protegida. Actualmente, ya existen más de 12.000 ha de invernaderos y con tasas de crecimiento anual de doble dígito.

¿Qué cultivos tienen mayor potencial de ventas para Semillas Fitó en esta zona?

Las variedades de tomate, pimiento y melón parece que se adaptan mejor a las condiciones de cultivo de estos países. Recientemente hemos lanzado el primer catálogo de Fitó para el Sudeste Asiático con variedades de tomate, pimiento, berenjena, pepino, melón, calabacín y sandía. A medida que se abran más programas de investigación, seremos capaces de desarrollar variedades que ganen cuota de cliente en países en los que antes no teníamos presencia.

A corto/medio plazo, ¿cuáles son los principales objetivos por alcanzar? ¿Y a largo plazo?

El objetivo es crecer orgánicamente y asentar ventas con los clientes. Construir y formar a un equipo sólido. En los próximos 5 años, crear las bases de un crecimiento continuado y rentable. La ventaja de los mercados asiáticos es que se encuentran en plena transformación de una agricultura de subsistencia a una agricultura de mayor valor añadido. Esta transformación se está produciendo impulsada por el crecimiento del poder adquisitivo de estos países, así como por ser centros de producción agrícola para el resto del mundo. Esto está llevando a la profesionalización progresiva de los agricultores y al uso de técnicas e híbridos de mayor calidad.

¿Cuáles son los principales desafíos? ¿Qué podemos hacer para afrontarlos?

Desgraciadamente, la entrada de Semillas Fitó en Asia se produce con algo de retraso y nuestros principales competidores internacionales tienen muy consolidadas sus posiciones en estos países. También las empresas locales, a través de alianzas y colaboraciones han dado un gran paso adelante. Afortunadamente, todos estos mercados siguen con tasas de crecimiento bastante altas lo que debería permitir a Semillas Fitó encontrar su lugar, especialmente en el segmento de mayor valor añadido.

Actualmente Semillas Fitó cuenta con diez filiales alrededor del mundo y presencia directa en otros 10 países. La estrategia de internacionalización de la empresa está basada en la proximidad, un valor diferencial de la compañía, cuya vocación es trabajar junto al agricultor para ayudarle a desarrollar su negocio a través de las semillas adaptadas a los terrenos y climas locales.